Comprobemos
ahora la presencia de líneas de Balmer del Hidrógeno.
¿Son las más intensas?. Si así es, no hay duda que se
trata de una estrella tipo temprano. ¿Se ve alguna línea de HeI
en 4471Å o de HeII 4686Å? Si la respuesta es afirmativa,
entonces ¿Es la línea 4686 mas intensa que la 4471? En ese caso
se trata de una estrella tipo O. Si no es así, se trata de una
estrella tipo B. Es el caso de Rigel, una estrella situada a mitad de
camino entre los tipos B y A, por lo que debe ser una B pero de número
alto. Si no somos capaces de apreciar línea de He alguna, entonces
busquemos una línea de CaI en 4227Å. ¿La vemos? Si no,
la estrella es tipo A. Si vemos el CaI 4227 entonces es tipo F.
Supongamos
ahora que el espectro problema no presenta líneas de Balmer claras.
Si la línea CaI4427 es de intensidad similar a Hg
en 4340 se trata de una estrella tipo G. Si CaI es más importante
que la línea Hg, entonces debemos
mirar si hay bandas moleculares. Si estas últimas no son claras
se trata de una estrella tipo K, pero si son muy claras entonces tenemos
una estrella tipo M. Un buen ejemplo es la estrella g
Eridano.
En realidad,
si medimos con precisión los flujos relativos entre líneas
de absorción se puede alcanzar una precisión de hasta
la décima de tipo espectral. Sin embargo ese no es el objetivo
de esta práctica, así que nos conformaremos con el tipo
propiamente dicho.
Aparte de
el tipo espectral, para una temperatura dada (tipo espectral dado) las
estrellas presentan diferentes luminosidades. Así puede haber
estrellas tipo A gigantes y tipo A enanas. La manera de distinguirlas
consiste en un análisis detallado de los perfiles de líneas
en el que tampoco entraremos para esta práctica.